Cine de terror (VI): Calle Cloverfield 10

¡No puedes huir de ellos! ¡Quédate conmigo!

Fui al cine a ver Calle Cloverfield 10 (título original: 10 Cloverfield Lane) con ilusión y, al mismo tiempo, recelo. Llevaba ya un tiempo con demasiado estreno de terror mediocre, cuando no malo, y no era la primera vez que se me prometía el nuevo mesías del género para luego a la hora de la verdad quedarse corto en todo menos en pretenciosidad (te estoy mirando a ti, It follows).

Este film quizá no pase al podio de la excelencia del terror que queda reservado a películas como Déjame entrar, Cisne negro o clásicos eternos como Alien: el octavo pasajero. Pero es buena.

Es dinámica. Al contrario que su predecesora espiritual Cloverfield (titulada de forma horrible como Monstruoso en España); no pierde el tiempo con escenas inútiles que ralentizan la trama para desarrollar a los personajes con poca efectividad.

Protagonista en apuros: poca ropa y nada de cobertura.

Calle Cloverfield 10 narra la historia de Michelle (Mary Elizabeth Winstead), una joven que tiene un accidente de coche y se despierta en un búnker, siendo la paciente de un hombre con sobrepeso llamado Howard (John Goodman) que le asegura que la superficie está contaminada por la radiación y no es segura. Esto se debe a un ataque de los chinos, los rusos… ¿o los aliens?, teoriza Howard.
Michelle que casi seguro ha leído Misery de Stephen King empieza a tener malas vibraciones sobre su benefactor y en su cabeza suena la alerta de chiflado. Por suerte para ella, no se encuentra sola con ese inmenso señor en el búnker; hay otro joven, Emmet (John Gallagher, Jr), que quizá sea un aliado potencial… y hasta aquí puedo contar sin incurrir en spoilers.

Cartel de la película. El tagline reza: Los monstruos vienen en muchas formas.

Y es que esta película tiene algún que otro giro, no os preocupéis, están bien hechos no al estilo Shyamalan. Hay anticipaciones, los personajes dicen cosas de sí mismos que hace que luego actúen de cierto modo y ocurran cosas que encajan sin rechinar. La anticipaciones son buenas.

El reparto minimalista de apenas tres personajes (más algunos otros que o bien aparecen poco o son sólo voces) no es un problema pues están aprovechados y se complementan; todos los actores están muy bien en sus respectivos roles. En especial John Goodman que tan pronto parece una figura paterna sobreprotectora pero bienintencionada como te cambia a Mr. Loony McCreepster. Todo un acierto de casting.

Las dificultades de convivencia generan momentos tensos y agobiantes, por no hablar de claustrofobia. Excelente.

La banda sonora es decente si bien algo genérica, hay por ahí películas de terror de menor presupuesto con música bastante más memorable. Se me viene a la cabeza la británica The Descent que tiene temas muy potentes, sin embargo Calle Cloverfield 10 no tiene mucho que destacar en ese apartado salvo los temas Michelle y The New Michelle asociados, por supuesto, a la protagonista.

Ah, que gran gran heroína del terror es Michelle. Mary Elizabeth Winstead amenaza con convertirse en una musa de Sangre de bote.

No puedo contar mucho más o arriesgaría a destripar la trama, cosa que no me perdonaría. Sólo añadir que el director novel Dan Trachtenberg hace un buen trabajo de cinematografía (antes de esta peli dirigió un cortometraje basado en el videojuego Portal, muy chulo por cierto, que podéis ver aquí) y se hace notar el buen hacer de la producción de J. J. Abrams.

Ah, no esperéis que esto sea exactamente una secuela de Cloverfield. Tomáoslo más bien como si formasen parte de una serie antológica.

Los actores demuestran estar a la altura del desafío que presenta un guión de este tipo.

• Lo bueno: Papelazo de John Goodman recuerda a la Annie Wilkes de Kathy Bates. Escenas que comienzan inocuas y escalan a situaciones agobiantes de mucha tensión que harían las delicias de Hitchcock. Buen tempo.
• Lo malo: Si buscas respuestas no encontrarás mucho a lo que agarrarte, banda sonora que cumple pero sin temas memorables.