La oscuridad te llama (III)

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Lotte decidió quedarse asomada a la ventana algún tiempo más, para asegurarse de que aquel tipo era normal. El hombre canoso abrió el maletín y sacó una tiza de su interior. Dibujó intrincadas formas geométricas sobre la acera durante un cuarto de hora. Cuando acabó su obra, alzó de nuevo la cabeza e hizo un gesto de despedida hacia la chica que lo observaba.
Lotte lo vio alejarse con su maletín. ¿Qué pretendía con esos garabatos? Se quedó vigilando un buen rato, por si aquel hombre regresaba, pero lo único que ocurrió fue que un par de gatos callejeros acudieron a la acera y maullaron a los garabatos de tiza como si aquello fuera lo más fascinante del mundo. Lotte dejó escapar un bostezo, este asunto de la ventana indiscreta le había costado casi dos horas de sueño y sabía perfectamente que esos garabatos de tiza le rondarían la cabeza hasta que consiguiera dormir. No tenía remedio.

El sueño acudió a ella cuando su mente se cansó de cavilar sobre monstruos y brujería. Estaba en un pasillo en penumbra. A cada lado se extendían innumerables puertas, algunas abiertas y otras cerradas, hasta que la oscuridad total las tragaba. La voz de una niña, desconocida pero de algún modo familiar, la llamaba en algún lugar de esa oscuridad.
—No tengas miedo, ya no estás sola.
Lotte trató de hablar. Algo le apretaba la garganta y sólo le salió un hilillo de voz.
—¿Quién?
Como respuesta recibió una sacudida.
—Eh, Lotte, ¡despierta! —esta vez no era una cría, sino una joven a la que sí que conocía.
—¿Tanya?
—Pero bueno, ¿tú no tenías clases?
Lotte aún estaba grogui y lo único que consiguió mascullar fue:
—Hum… ¿hora?
—Son las nueve y media.
¡Joder!
Lotte apartó a su compañera de piso, quizá con demasiada brusquedad.
Anoche había planeado saltarse la primera clase, ahora si no se daba prisa no llegaría a tiempo a la cuarta hora. ¿Por qué no había funcionado la alarma?
El móvil, claro, se había olvidado de sacarlo del bolso y ponerlo en su mesita de noche. Aunque con su suerte estaría entre las cosas que había perdido tras su encuentro con la criatura de ojos amarillos. Eso era aún peor, tener que comprarse uno nuevo. ¡Como si le sobrase el dinero!
—Pensaba que ya te habías ido a la uni —le informó Tanya—, si no fuera porque hablabas en sueños ni me habría dado cuenta de que estabas en el cuarto.
—Sí, sí, gracias por despertarme —dijo Lotte, impaciente—, deja que me vista.
Tanya se fue del cuarto contrariada. Lotte eligió un par de vaqueros y un top por virtud de estar más a mano, tirados sobre una silla.
Lotte esperaba llegar a tiempo de tomar el autobús, si se le escapaba más le valdría haberse quedado en casa. Parecía que la fortuna empezaba a sonreírle, justo había llegado a la parada y podía ver el bus a punto de llegar. Ni siquiera tendría que esperar. Entonces fue cuando Lotte oyó una voz susurrante.
—Eres una inútil, no haces nada a derechas. Todos te odian. Fingen simpatía, pero tú sabes la verdad: les disgustas, les das asco.
Lotte se giró y vio a una chica ojerosa y muy delgada, caminaba con la cabeza gacha. Sobre su hombro estaba posada una polilla de enorme tamaño. Aunque lejos de ser una amante de los insectos, a Lotte no le desagradaban particularmente las polillas. Ese honor estaba reservado para las cucarachas. En cambio,  esa polilla era tan grande como un loro y la repugnaba. Esferas negras por ojos, una boca velluda y vertical de la que surgía una lengua que se curvaba sobre sí misma: todo eso no debía verse en tal cantidad de detalle.
—Deberías acabar con todo —continuó la voz susurrante—. Poner fin a tu sufrimiento.
Los susurros emanaban de la polilla. La joven demacrada tenía la mirada perdida, de vez en cuando parecía asentir a lo que el insecto le decía al oído.
El autobús llegó a la parada y abrió la puerta. Los pasajeros fueron subiendo. Lotte puso un pie en el vehículo, la chica delgada se alejaba con paso lastimero.
Lotte tenía clases a las que ir, sin embargo, ¿podía mirar hacia otro lado?

¿Qué hará Lotte? (Votación finalizada)

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7 comentarios en “La oscuridad te llama (III)

  1. me recuerda a Donnie Darko y a Insidious 3 y me sigue gustando cómo lo desarrollas; yo creo que Lotte debería sacar provecho a su más que posible pertenencia al proyecto MKULTRA haciendo alguna que otra diablura o en su defecto pero no por ello menos dramático sufrir un ataque agudo de nomofobia

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    1. Insidious 3 no es que tenga una gran nota pero la comparación con Donnie Darko, que es un peliculón, equilibra la balanza.
      Es curioso que menciones el MKULTRA, Aureliano, un relato que escribí hará más o menos un año iba precisamente de eso. Ganó un concurso y habría de formar parte de una antología pero ya no sé siquiera si saldrá adelante esa publicación. Debí haberlo sabido, mi vida es un erial y poner las esperanzas en algo siempre demuestra ser un error… bueno, da igual, escribir o morir es mi lema. 🙂

      Muy interesante lo de la nomofobia, aunque en el caso de la pobre Lotte es que siendo huérfana todo lo que tiene es pagado con el sudor de su frente. Así que las pérdidas materiales le duelen por eso. 😦

      Si alguna vez, este serial se vuelve relativamente famoso, haré un artículo sobre mis fuentes de inspiración. Lo que está claro es que Lotte no es muy normal y hay algo en ella que se está «activando»… algo que quizá siempre estuvo en ella.

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    2. Interesante, pues ha sido no intencionado. Vamos, no he visto ninguna de Insidious; ahora me llama la atención como para verla. 🙂 ¿Eso del Mothman es de esa peli?
      De todos modos no voy a pretender originalidad, los pasillos oscuros son un clásico del terror. 😉

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  2. Heroína Escarlata

    Pues yo voto por las dos cosas; es decir, que sube al autobús y éste se pone en marcha. Pero le remuerde la conciencia, así que, en lugar de tomar asiento, exclama, «¡Conductor, pare, por favor!», se baja y va a por la chica.

    No sé si mi respuesta es válida o tramposa, pero es lo que hay 😛

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    1. Para nada tramposa, me lo tomaría como un voto a la opción de de ayudar + feedback de el modo en que te gustaría que lo hiciera la protagonista.

      ¡Pero te digo (por si acaso) que los votos fuera de Twitter no los tengo en cuenta, Heroína! La sugerencia sí que la tendré en cuenta si es que gana la opción de ayudar aunque de momento va ganando la de ignorar.

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