Piercing
Mi segundo día del Fancine fue cuanto menos interesante, empecé viendo Piercing una película basada en una novela de Ryu Murakami, el autor de Audition (la cual también fue adaptada al cine, en el año 1999. Gracias a Mensajera del Mojave por este dato).
Una comedia negra, y creedme su humor es bastante negro, que empieza lenta pero va cogiendo carrerilla a medida que avanza.
Su premisa es la siguiente: un padre de familia alquila una habitación de hotel con la intención de contratar los servicios de una prostituta y matarla allí. Su falta de decisión y el hecho de que la prostituta se revele como una mujer bastante extraña dificultarán sus planes…
Es una película, que aunque me gustó y la disfruté bastante, me resulta difícil de recomendar. Si tuviera que definirla de algún modo diría que se trata de una parodia bastante macabra de la típica fórmula de la comedia romántica «chico conoce a chica».
Mia Wasikowska está fabulosa en esta película como una escort a la que le falta un tornillo, verdaderamente el aspirante a asesino no sabe dónde se ha metido. Un gran acierto de casting.
Os podría decir que si os gustó Audition os gustará Piercing (aunque esta no la dirige Takashi Miike sino Nicolas Pesce el director-guionista de The Eyes of My Mother), excepto que a mí Audition me dejó frío y esta sin embargo como ya he dicho me ha gustado bastante.
Tiene un final redondo y eso juega a su favor. Además en una escena de la película alguien se coloca un piercing, por no hablar de otras perforaciones menos ortodoxas, así que podemos decir que el film cumple con lo que promete.
No recomendada para aprensivos, aunque no sale nada en pantalla que dé demasiada grima (a diferencia, de nuevo, de Audition). En definitiva, una parodia cabrona, sangrienta y cínica de Pretty Woman, echadle un vistazo.
The House That Jack Built
Lars Von Trier se hace un canutillo con sus apuntes subrayados de filosofía e historia del instituto y aspira con ellos varias rayas de cocaína dispuestas sobre la superficie de un ejemplar de La Divina Comedia de Dante Alighieri, el resultado es esta película: The House That Jack Built.
Este film nos narra la historia de Jack un inteligente asesino psicópata (interpretado por Matt Dillon) que da rienda suelta a su locura en el transcurso de doce años, cada uno de sus asesinatos él lo considera una obra de arte.
Una película minuciosa en sus detalles que abusa de la voz en off hasta el punto de que uno pensaría que Von Trier en realidad lo que quería escribir era una novela.
Sin embargo, si eres fan de Von Trier ya sabes a lo que vas y estarás encandilado durante sus 2 horas y 35 minutos de duración.
El buen hacer de Matt Dillon y sus toques de humor negro, negrísimo, amenizan lo que de otro modo sería un ladrillazo.
Y, bueno, al César lo que es del César, Von Trier sigue siendo el rey de la ingeniería surrealista y truculenta.
Para bien o para mal, The House That Jack Built no te dejará indiferente.
One Cut of the Dead
Con un presupuesto irrisorio de 27.000 dólares y un elenco de desconocidos, tengo que decir que One Cut of the Dead se ha convertido en una de mis favoritas de la edición del Fancine de este año 2018.
No puedo decir mucho de la película sin destriparla (y destripar es el trabajo de los zombis) así que seré sucinto con la sinopsis: un equipo está rodando una película de zombis de bajo presupuesto (no ya serie Z sino más bien serie omega), cuando de repente son atacados por zombis de verdad y el director de pacotilla al cargo de todo está empecinado en terminar de grabar la película a cualquier precio…
Hay cierto giro de guión, no puedo decir más, que la convierte en una película tan divertida como ¿entrañable? No os la perdáis. Esta película es esencial, recomendada sobre todo a aquellos que piensan (con razón) que el subgénero zombi está trilladísimo.
One Cut of the Dead le da una vuelta de tuerca al subgénero y se corona con el disfrute y carcajadas del público.
Mandy
Quizá sea culpa del hype casi constante al que fui sometido en la víspera de ver esta película pero Mandy se convirtió en mi gran decepción del Fancine 2018.
Sir Archibald Beltxi me sugirió que viera primero la anterior película del cineasta Panos Cosmatos, Beyond the Black Rainbow (2010). No lo hice porque, ¿quién tiene tiempo para esa mierda?
Así que fui virginal a Mandy, sin saber que podía esperar exactamente. Lo único que se me dijo fue que los primeros 40 minutos eran un sopor pero después la película se desataba y empezaba la locura.
Después de haberla visto, puedo decir que me engañaron. Toda la película es un sopor. Mandy tiene el ritmo plúmbeo de un perezoso cojo.
Y eso me da rabia, casi tanta rabia como la que siente el personaje de Nicolas Cage en esta película, porque si la película fuera más ágil y menos pagada de sí misma me habría encantado.
Mandy nos cuenta una historia de venganza: Red (Nicolas Cage), un leñador, vive apaciblemente alejado de la civilización en una casa en el bosque con su novia Mandy (Andrea Riseborough) cuando el líder de una secta (Linus Roache) se encapricha de ella, lo que conducirá a la sangrienta venganza de Red contra su siniestro culto.
Me da rabia el ritmo del film porque tiene momentos brillantes pero estos quedan anegados en un océano rojo de tedio.
Lo que más me ha gustado de Mandy es que es, en esencia, un relato de espada y brujería ambientado en la época moderna. El protagonista, un leñador, es el bárbaro, el noble salvaje, mientras que el villano, ese líder de un culto a la personalidad representa el misticismo, la decadencia de la civilización.
El surrealismo del que hace gala la película también es una de sus cualidades redentoras, y cierta escena que involucra un anuncio de macarrones con queso es una maravilla. Y por supuesto me encantó la banda sonora, sublime, compuesta por el ya fallecido Jóhann Jóhannsson (en los créditos finales Cosmatos dedica Mandy a su memoria).
Tengo que respetar que Panos Cosmatos ha hecho su película como que quería hacerla, en ese sentido es admirable: una oda a la psicodelia sesentera y ochentera y al heavy metal.
La pena es que no es una película hecha para mí, pero estuvo cerca de haberlo podido ser.