No puede hacerse la serie de una peli slasher. Venga, pensadlo: un grupo de amigas llega al baile, al campamento, al pueblo desierto, a donde sea. El asesino se las va cargando una a una y noventa minutos después, al amanecer, la única superviviente está sentada en una ambulancia viendo desfilar los cadáveres de sus amigas. Las pelis slasher se queman super rápido.

Habiendo empezado el blog Sangre de bote con la trágica muerte de Wes Craven, creador de la saga Scream, me parece apropiado reseñar la serie basada en las películas.
Como en las películas, la premisa de Scream: the tv series (2015) es bien sencilla: un grupo de jóvenes serán acechados por un asesino psicópata con un tétrico disfraz. Este asesino no se detendrá hasta que todos y cada uno de los jóvenes mueran, aunque sus sádicas atenciones se centrarán sobre todo en la chica protagonista por algún motivo que sólo se ha de revelar en el clímax.
Esta simple premisa es, más o menos, la fórmula tradicional del subgénero del terror conocido como slasher. Subgénero que ya era parodiado por las películas originales de Scream, tradición que continua la serie de televisión.
Algo que me ha gustado bastante de esta serie es que no tiene reparos en reírse de sí misma. Incluso uno de los personajes llega a decir que hacer una serie del subgénero slasher es una mala idea. Scream: the tv series hace gala de buena ironía que incluye ciertas dosis de auto-desprecio, lo cual resulta refrescante.
Y pese a las declaraciones de ese personaje, el ritmo narrativo de la serie es bueno. Hay tensión y misterio (el terror y el thriller son primos hermanos después de todo), te llegas a encariñar con algunos de los personajes y tú mismo empiezas a hacer conjeturas sobre la posible identidad del asesino detrás de la máscara.
No todo es bueno, sin embargo, los diálogos a veces suenan un poco forzados y en ocasiones hay un exceso de referencias a la cultura pop. El otro punto negativo importante es que la protagonista, Emma (interpretada por Willa Fitzgerald), resulta, a menudo, un tanto sosa. Sobre todo cuando entre los personajes principales tenemos a Audrey (Bex Taylor-Klaus), una chica de aspecto y sexualidad ambiguos y a Noah (John Karna) el friki aficionado al género del terror (sí, me he sentido identificado).
Estos personajes no son ni mucho menos el colmo de la originalidad pero no son, por así decirlo, normales. Me encantaría que alguna película o serie de terror se atreviera a hacer que todo el grupo de personajes principales estuviese formado por los raritos. Aunque imagino que hacer que la protagonista sea relativamente normal tiene el propósito de facilitar que cualquiera pueda identificarse con ella dentro de su neutralidad; la ironía es que ocurre lo contrario.
La banda sonora es adecuada aunque no es especialmente memorable, algunas canciones resultan apropiadas para según qué escena (sería criminal que en una serie de la MTV no hubiera canciones dónde elegir) pero lo que son las piezas instrumentales (el score) es lo estándar en el terror, a destacar una pieza musical de violines que suena en ciertos momentos y en los créditos.
A rasgos generales la serie me parece entretenida aunque no genial. No obstante, sería injusto obviar que detrás de ella hay buen oficio. He visto en la serie un buen uso de los tiempos narrativos e incluso me atrevería a decir que de tal capítulo a tal capítulo sería el primer, segundo y tercer acto como si (casi) fuera una película de siete horas y media (la serie son diez capítulos de unos 45 minutos cada uno).
Habiendo finalizado la primera temporada, he de decir que la serie resulta satisfactoria, si bien está lejos de ser una obra maestra.
Por lo visto, ha tenido el éxito suficiente para renovarse por una segunda temporada. Los realizadores de la misma aseguran que la historia continuará con los supervivientes de la primera temporada, al contrario de lo que ocurre con American Horror Story que es una serie de terror antológica.
En Scream: the tv series, el asesino de la máscara tiene diferente origen. Pero lo que sí tiene en común con el de las películas es que es un personaje de legado y que diferentes personajes pueden tomar el disfraz en cada nueva entrega lo que, ciertamente, posibilitaría que la misma historia continuase.
Sólo queda esperar que, citando a Noah, el slasher no se queme super rápido. Sería una pena que una historia decente se estropease por querer estirar demasiado el chicle.
Es bastante emotivo que la finale de la primera temporada de la serie esté dedicada a la memoria de Wes Craven (no podía ser de otra forma). Crucemos los dedos para que la serie continúe siendo digna del legado que Craven ha dejado.